FINCA AGROECOLÓGICA: ES
SALUD Y UNA FORMA DE VIDA
Autor: Luis
F. Sivisaca Caraguay
Presidente del Colectivo Alianza Bareque
05 septiembre de 2023
La cosmovisión andina es un sistema de creencias y
valores profundamente arraigado en las culturas indígenas de los Andes, que
abarca un enfoque holístico y espiritual del mundo. Unos de los aspectos de
ésta es la conexión con la naturaleza; es decir la cosmovisión andina reconoce
que los seres humanos son parte integral de la Naturaleza y están
interconectados con todos los elementos del Universo; existe un profundo
respeto y reverencia hacia los elementos naturales, como las montañas, los
ríos, los animales y las plantas, considerándolos como seres vivos con los que
se establece una relación de reciprocidad y armonía.
Uno de los principales componentes de una finca agroecológica es la diversidad biológica, debido a que en una finca agroecológica se fomenta la diversidad de especies vegetales y animales; se promueve la rotación de cultivos, la siembra de variedades locales o nativas y la creación de hábitats para la fauna y flora silvestres. Esto ayuda a mantener un equilibrio ecológico, reduce plagas y enfermedades, y promueve la polinización y la fertilidad del suelo.
La chacra es el espacio de reciprocidad de todos los miembros de la "colectividad natural". La “colectividad natural” está constituida por la Naturaleza, las deidades y la comunidad humana, que se encuentran en continuo diálogo y reciprocidad, pues ese es el modo de ser de la vida (PARTEC, 1991). La chacra es el lugar de crianza de plantas, animales, suelos, aguas, clima y paisaje (Grimaldo Rengifo, 1991).
El paisaje agrícola lo constituye la chacra. Ésta es una re-creación de la Naturaleza con participación de la comunidad humana. La chacra, así surgida, es el lugar donde la familia dialoga y reciproca con las otras familias a las que está unida por la minga (o ayni) (Eduardo Grillo Fernández, 1991).
La chacra es entonces reforzadora de los lazos de la comunidad humana y es también el lugar de simbiosis entre la comunidad humana y la Naturaleza. A base de los elementos del paisaje natural: suelo, agua, flora, fauna, clima, es que la comunidad humana "hace chacra". Ninguna chacra andina es igual a otra. Cada cual tiene su propio modo de ser, su identidad. Por eso decimos que la agricultura andina es una agricultura de filigrana, en cuyo espacio está llena de colorido y diversidad que parece una obra de arte en la chacra, huerta o en la Naturaleza.
La chacra se hace a "imitación" de la Naturaleza y con el mismo afecto que en ella se produce. En ella la comunidad humana "cultiva", "cría" en diálogo con la Naturaleza nuevos seres que viven en la chacra y que surgen a partir del diálogo y la reciprocidad con la Naturaleza (Grimaldo Rengifo, 1991).
En esta perspectiva, en la cultura andina, la organización toda, entre todos los seres de la comunidad natural, en la cual está incluida la organización social, es agrocéntrica (Francois Greslou, 1991).
Para la actualidad y el futuro de las familias campesinas y demás población del mundo, para vivir saludable, tiene que continuar haciendo agricultura, con base en la Cosmovisión Andina. Para ello, tiene que implementar la finca agroecológica, porque ésta es la proveedora de la salud y vida para los integrantes de la familia; además, ahí es donde se forma y educa a los hijos con valores éticos y morales y el amor a la Naturaleza y a los demás integrantes de la Colectividad Natural.
Para que los miembros de una familia gocen de buena salud durante su vida, la única opción, es alimentarse, con alimentos (productos) naturales orgánicos saludables, conocer y practicar la medicina natural, tomar agua limpia y cristalina, respirar aire puro y hacer ejercicios y tener una actitud y mentalidad positiva frente a todo lo que se presente en el vivir diario. Solo es posible lograr aquello, en la ruralidad; por ello, es momento de volver a estar en ella, compartiendo, cuidando, defendiendo y viviendo en armonía con la Naturaleza.
Para tener esta opción, la familia, tiene que implementar una finca agroecológica; es decir, producir cultivos y animales, prioritariamente para autoconsumo y alimentarse bien e intercambio mutuo (trueque) entre familias, permitiendo un ahorro económico para la familia; donde el hombre en su diálogo permanente con la Naturaleza busque el bienestar mutuo: hombre-Naturaleza, en un marco de relaciones de reciprocidad. La relación hombre-Naturaleza, todo nace, florece, descansa y se renueva continuamente (Grillo Fernández, 1991).
Dimensiones de la agroecología campesina
Los miembros de la familia, son sujetos sociales, los que lideran el proceso de implementación de la finca, considerando las dimensiones, principios, características, elementos y condiciones para así asegurar una real finca agroecológica, cuyo impacto será que la familia viva de manera saludable, con bienestar, digna y soberana.
Para que una finca agroecológica se constituya en un escenario de reproducción de la vida, esta debe ser colectiva, emancipatoria, organizada en torno a valores comunitarios de cooperación y reciprocidad, que descentra la mercantilización de las relaciones sociales y ambientales. Para lo cual, hay que tener en cuenta tres dimensiones fundamentales, íntimamente relacionadas e imbricadas, que son:
1) la técnico-productiva: agronómica, científica y como campo disciplinar; la “agroecología material” (Rosset y Martínez-Torres 2012);
2) la político-organizativa: movilizadora;
la “agroecología inmaterial”, simbólica (Rosset y Martínez-Torres 2012); y,
3) la ontológico-epistémico-vivencial: como
modo de ser, conocer, vivir y producir.
Principios de la agricultura campesina
Los principales principios que deben prevalecer y practicar los integrantes de la familia agroecológica y demás miembros de la comunidad, son: filosófico, político, organizativo, metodológico, económico y técnico-productivo-ecológico.
Para que haya vida, tiene que haber diálogo y reciprocidad, y ser satisfechas dos condiciones: 1) igualdad; e, 2) incompletitud (no estar completo). Sólo entre iguales puede haber diálogo. Si se rompe la igualdad, ya no hay diálogo, sino que algunos, dan órdenes y otros las ejecutan. Tampoco puede haber reciprocidad sin igualdad. Si se rompe la igualdad, las relaciones se toman asimétricas, de modo que unos se benefician y otros se perjudican. El diálogo y la reciprocidad, que constituyen el modo de ser la vida, sólo son posibles en condiciones de igualdad (PRATEC, 1991).
·
Político: Es conformar economías basadas en el
valor de uso (en la
utilidad), no en el valor de cambio (el dinero y trabajo, que equivale a mercancía); es decir, cuestionar y transformar estructuras, no reproducirlas. Es
dar las mejores condiciones para la reproducción de la vida en las familias,
con dignidad y bienestar. La agroecología debe ser revolucionaria, en el
sentido de que sea capaz de transformar de manera radical tanto el sistema
agroalimentario y sus estructuras como las realidades locales adversas que
enfrentan las comunidades rurales (LVC, 2011; 2015a; 2015b). Significa que las
familias campesinas desafíen y transforme profundamente las estructuras de
poder y ponga en manos de los pueblos el control de los medios de producción.
Por ello, defender, recuperar y redistribuir la tierra es el primer paso para
iniciar o retomar cualquier proceso agroecológico.
La agroecología es ideológica debido a que conserva, cuida y protege el agua, suelo, territorio y la diversidad de semillas nativas, y así encaminar a la soberanía y seguridad alimentaria.
·
Organizativo: Trata de fortalecer la organicidad y
pensar en procesos colectivos, no en proyectos individualizados. La
organización es el caldo de cultivo sobre el cual crece la agroecología. Es la
estructura que permite la circulación de aprendizajes, diálogos de saberes y
vivires, significados y horizontes políticos de lucha, así como el único modo
posible para disputar con el capital los medios de producción (Rosset &
Altieri 2017; Mier y Terán et al. 2018).
Debe estimular la densidad del tejido organizacional a través de
estructuras propias, como pueden ser las asambleas comunitarias, cooperativas,
asociaciones, redes, escuelas territoriales, movimientos sociales, sindicatos
agrarios, plataformas nacionales e internacionales, coordinadoras, comunidades
eclesiales de base, colectividades de mujeres y jóvenes rurales, asociaciones
civiles, comunidades intencionadas, redes de consumidores, agricultores
urbanos, entre muchas otras formas organizativas.
La clave de todo proceso transformador es que el protagonismo y el
control social esté en manos del campesinado, de la comunidad y otros agentes
internos, y no de entidades externas como ONG, fundaciones, organizaciones
internacionales, universidades, entidades religiosas, partidos políticos e
instituciones del Estado, las cuales suelen intentar organizar la vida de sus
beneficiarios a través de jerarquías y de valores de cambio.
Según Francois Greslou, 1991, la Organización campesina es
el punto de partida esencial que podría permitir un acercamiento al concepto
andino de organización, que es la relación del hombre con la Naturaleza.
Para entender este
concepto andino, es mediante la siguiente analogía con el "Contrato
Social'', uno de ellos, Michel Serres, llega a hablar de "Contrato
Natural" para llamar la atención sobre la necesidad de una simbiosis, de
una "reconciliación" entre el mundo social y el mundo natural como
única vía posible para superar la situación actual en la cual el hombre, como
"parásito", está provocando la muerte lenta pero segura de su
"huésped", la Tierra. De objeto puesto al servicio y explotado, la
Tierra debería ser considerada como sujeto y la relación sociedad-Naturaleza
tendría que darse en términos de convivencia.
No sólo empieza identificando carencias y problemas, sino ante todo
potencias y riquezas en el territorio (MST-CE, 2019; Fernández et al., 2021).
La tarea es que la misma organización o familia productora identifique y
haga un inventario de riquezas dispersas y fragmentadas –un saber aquí y otro
saber allá– y los ponga en diálogo, mediante intercambios y encuentros. El
procedimiento es simple: un campesino o campesina, quien ya ha probado con
éxito una práctica agroecológica recibe visitas de otros campesinos para que, a
través de su propia vivencia, promueva la emulación de su experiencia
agroecológica en sus compañeros/as. Se trata de una estrategia que busca el
reconocimiento colectivo del éxito y de estimular el deseo de vivir de manera
agroecológica a través de la corroboración directa y los propios sentidos –en
Cuba se dice “cuando el campesino ve, hace fe” (Machín Sosa et al., 2010)–.
Todo funciona por contagio y por el deseo de emular las buenas experiencias.
·
Económico: Es tejer relaciones sociales y
económicas muy diferentes a las que dominan en el sistema agroalimentario
capitalista; es decir, se distancian de aquella relación social mediada por el
dinero, en la que todos los intercambios se realizan a partir del valor de
cambio, en la que unos se apropian del trabajo de otros; y, en el que cada
aspecto del mundo se subsume bajo la forma de mercancía.
Este principio se trata de la circulación de los valores de uso en una
comunidad, por ejemplo, el trueque. La consolidación de economías solidarias y
cooperativas que, en vez de actuar motivadas por el lucro y las leyes del
mercado, se organicen para satisfacer la reproducción de la vida social según
los códigos establecidos por la misma comunidad (Gutiérrez & Salazar,
2015).
El ordenamiento del territorio en una finca agroecológica
tiene que estar diseñada y estructurada para que disponga de espacios o áreas
para la establecer la vivienda y demás infraestructuras tradicionales y
vernáculas; para producción agrícola y pecuaria agroecológica; para las
actividades productivas artesanales; y, para la recreación, relajación y de
descanso, entre las principales.
1. Infraestructura tradicional-vernácula. Se trata de construir una vivienda en el centro de la finca para que la familia disfrute del entorno natural. Debe ser hecha con materiales tradicionales y autóctonos, como la tierra, la piedra y la madera, muy propias de la ruralidad, como son casas de adobe, tapial o bareque; y, con techos de teja, en forma de piramidal.
Estas casas son muy confortables y saludables
porque regula la temperatura; es decir, en temporadas frías se mantiene
abrigadas y en temporada de calor se mantienen frescas; además, concentran
energía electromagnética o se constituyen en puntos energéticos donde se
canaliza de mejor manera la energía de la tierra, lo que permite activar los
buenos pensamientos y armonizar la vida de las personas que habitan en ella.
Estas viviendas, de preferencia, deben tener cocina y horno de leña, para
preparar los alimentos de manera tradicional, con ollas de barro y utensilios
de madera, que dan a la comida un sabor inigualable. Además, la cocina abriga a
la vivienda. Ofreciendo una calefacción natural.
En este proceso de implementación de la finca
agroecológica, es necesario tener presente los cuatro elementos de la naturaleza:
tierra, agua, aire y fuego:
a) La
Tierra es la fuerza, que significa firmeza, estabilidad,
tenacidad, búsqueda de lo correcto, paciencia, cautela y seguridad.
b) El
Agua es el entendimiento, que implica la flexibilidad,
adaptabilidad, fluidez, intimidad, necesidad de vincularse emocionalmente.
c) El
Aire es el espíritu o la fluidez, que representa la libertad,
ideas, cambio, desapego, perspectiva, curiosidad y necesidad de socializar.
d) El Fuego es la reacción, que simboliza la pasión,
energía, fuerza, claridad, voluntad, iniciativa e impaciencia.
2.
Diseño, implementación,
mantenimiento y evaluación de los agroecosistemas.
Cada familia al diseñar, implementar, mantener y
evaluar la finca agroecológica, debe definir las áreas y espacios para los
sistemas de producción agrícola (cultivos), sistema de ganado (animales menores
y/o mayores), las plantas aromáticas, especies, plantas medicinales y
ornamentales a establecer, analizando las interacciones e interrelaciones que
deben darse entre los elementos bióticos (plantas, animales y microorganismos)
y no abióticos (clima, agua, luz, temperatura, viento, humedad, precipitación,
geología, suelo) que posee la zona donde está ubicada la finca; como el relieve
y la topografía del terreno (Figura 1).
Figura 1. Modelo propuesto para una finca
agroecológica
Las fincas agroecológicas deben ser libres de
contaminantes químicos de síntesis (venenos por agroquímicos y fertilizantes),
para activar el sistema biológico, elevar el componente nutricional de las
plantas y la regulación de organismos que se pueden convertir en plagas y
enfermedades. Estas estrategias permiten garantizar alimentos con alto valor
nutricional e incrementar la biodiversidad. Es indispensable emplear abonos
orgánicos y materiales locales para que fortalezcan la reducción de los costos
de producción, mejorar rendimientos y estar en armonía con la Naturaleza.
Las familias propietarias de las fincas deben ir paulatinamente eliminando el uso de los plásticos; como el de no generar otros residuos sólidos, que son contaminantes del ambiente.
Elementos que aplica la agroecología, en su proceso de transición
Es muy importante aprender y aplicar algunas cualidades emergentes claves de los ecosistemas. Es decir, estás deben ser consideradas cuando son alterados los ecosistemas para convertirlos en agroecosistemas, y son los siguientes: el flujo de energía, el reciclaje de nutrientes, los mecanismos de regulación de poblaciones y el equilibrio armónico y dinámico.
Estos elementos son prioritarios cuando se inicia
el proceso de transición de la agricultura convencional a la agroecológica.
El flujo de energía en los ecosistemas es el aprovechamiento de los productores primarios (plantas) y secundarios (animales) por organismos que a su vez utilizaron consumidores primarios (herbívoros) de los cuales se alimentan los consumidores secundarios (omnívoros y carnívoros).
Las actividades agrícolas (producción de cultivos) y pecuarias (ganadería), modifican drásticamente el flujo de energía de los ecosistemas. Se puede percibir a la producción agropecuaria como una manera de alterar, en provecho del hombre, la magnitud de los flujos de energía en el ecosistema.
En los agroecosistemas, el flujo de energía sufre importantes modificaciones, por la interferencia humana (Pimentel & Pimentel 1997). La agricultura implica, por definición, una simplificación del ecosistema y, por lo tanto, un esfuerzo para desviarlo de los procesos naturales. Busca, en síntesis, desviar la energía para ser consumida (respirada) por los seres humanos (que viven en ciudades) en lugar de los integrantes del sistema.
Aunque obviamente la radiación solar es la mayor fuente de energía, sin embargo, muchos insumos se derivan de fuentes de manufactura humana que frecuentemente no son autosostenibles.
El objetivo de la agricultura es manipular los flujos de energía con el propósito de obtener una cierta productividad neta (PNC) que pueda ser extraída como producto. Esto determina dos características distintivas de los agroecosistemas, con relación a los ecosistemas naturales:
b) La salida de energía del sistema en forma de biomasa cosechada (granos, tubérculos, forraje, carne, leche, huevos, etc.).
El flujo de energía en agroecosistemas se puede evaluar a través del análisis de sus flujos de energía (entradas y salidas), y de la relación entre la energía contenida en los productos cosechados y la energía necesaria para su producción, lo que se conoce como eficiencia energética (EE) de una producción determinada.
Se refiere a que pequeñas cantidades de nutrientes entran continuamente al sistema mediante varios procesos hidrogeoquímicos (interacción agua-roca, óxido-reducción, mezcla de diferentes aguas, intercambio iónico, disolución y/o precipitación de minerales), que en mayor parte está ligado a la materia orgánica (Borman y Likens, 1967). Los componentes biológicos de cada sistema se vuelven muy importantes para determinar cómo mover eficientemente estos nutrientes, asegurando una pérdida mínima.
Uno de los principios fundamentales de la agrosilvicultura es que los árboles aumentan la fertilidad del suelo, es decir, su capacidad de proporcionar los elementos nutritivos esenciales para el crecimiento de la planta.
A menudo se confunden términos claves de los nutrientes como entrada, salida, saldo, reciclaje y capital. Esta terminología se refiere a un sistema suelo-planta, generalmente a nivel de agricultor. Las aportaciones que provienen de fuera del sistema, tales como el nitrógeno que fijan las leguminosas tomándolo del aire, o el uso de fertilizantes químicos u orgánicos. Se consideran entradas los abonos de origen animal si se han producido fuera del sistema o también de origen vegetal. Las salidas de nutrientes son las pérdidas que se producen a causa de la cosecha, la erosión del suelo, la lixiviación, la volatilización del gas y otros procesos. El saldo de nutrientes es la diferencia entre las entradas y las salidas; y, el reciclaje de nutrientes se refiere a la transferencia de nutrientes, que ya existen en el sistema suelo-planta, de un componente a otro, por ejemplo, la liberación de nitrógeno de la materia orgánica del suelo, como amonio o nitrato, y su absorción posterior por las plantas.
Otros procesos relacionados con el reciclaje de nutrientes son el regreso al suelo de residuos de cultivos en forma de rastrojos; abono del ganado y la orina que los animales depositan en el sistema; los abonos verdes de leguminosas que se añaden al suelo y la transferencia de nutrientes de los árboles a los cultivos en sistemas agroforestales mediante la poda, la caída de las hojas y la descomposición de las raíces. Cuantos menores sean las pérdidas de nutrientes del sistema, menores serán las aportaciones que se requerirán del exterior para encontrar un equilibrio. El capital de nutrientes se refiere a las reservas de nutrientes presentes en el suelo en formas de asimilación lenta, y que se liberarán en años o decenios.
Mecanismos de regulación de poblaciones.
Mediante una compleja combinación de interacciones bióticas y límites impuestos por la disponibilidad de recursos físicos, se controlan los niveles de población de los distintos organismos, y así eventualmente se ligan y determinan la productividad del ecosistema (Stephen R. Gliessman, et al, 1996).
Debido a la simplificación del ambiente y la reducción de los niveles tróficos (productores, consumidores y descomponedores), las poblaciones de plantas o de animales en los agroecosistemas raramente se autorregulan. Las poblaciones son reguladas por los insumos humanos en forma de semillas o agentes de control de poblaciones, que a menudo dependen de enormes subsidios de energía. La diversidad biológica es reducida, la estructura trófica tiende a ser simplificada y muchos nichos no son ocupados. El peligro del incremento de las poblaciones de plagas a niveles catastróficos esta siempre presente a pesar de la intensa interferencia humana para controlarlos (Stephen Gliessman, 1998).
Los mecanismos de regulación de poblaciones pueden tener más éxito en un sistema, que como un todo ofrece mayor resistencia a plagas y enfermedades, incrementando el número de hábitats y permitiendo la presencia de enemigos naturales y antagonistas.
Un agroecosistema que incorpora las cualidades de un ecosistema natural como resistencia a perturbaciones, estabilidad, productividad y balance, proporciona las condiciones que aseguran el equilibrio dinámico necesario para lograr un sistema sostenible. A medida que los insumos externos antropogénicos se reducen, se puede esperar un retorno a los procesos ecológicos más naturales.
Equilibrio armónico y dinámico
El equilibrio armónico y dinámico de la Naturaleza, hace referencia al funcionamiento de la Naturaleza de manera natural sin que la misma se vea afectada por agentes externos, por ejemplo, el hombre. Una Naturaleza en equilibrio es un mundo en equilibrio.
La riqueza de especies o diversidad de los ecosistemas permite un grado de resistencia a todo menos a las perturbaciones verdaderamente dañinas. En muchos casos, las perturbaciones periódicas aseguran la más alta diversidad, e incluso, la más alta productividad (Connell 1978). La estabilidad del sistema no es un estado estacionario, sino más bien dinámico y altamente fluctuante que permite al ecosistema recobrarse después de la perturbación. Esto promueve el establecimiento de un equilibrio ecológico que funciona sobre las bases de un uso sostenido de recursos el cual puede mantener el ecosistema indefinidamente, o cambiar si el ambiente cambia (Stephen R. Gliessman, et al, 1996).
En los agroecosistemas como en la Naturaleza, la sanidad de un sistema se logra más fácilmente con modelos que se basan en la mayor diversidad posible de especies. Un sistema agrícola diversificado tiene más posibilidades de mantener el equilibrio por las múltiples relaciones entre sus componentes bióticos y abióticos.
Este equilibrio es dinámico y está en constante proceso de transformación. Según Chaboussou, no cualquier planta es atacada por plagas y enfermedades; son atacadas sólo aquellas que pueden servir de alimento adecuado para una plaga o una enfermedad.
Principios técnicos-productivos-ecológicos de la agroecología
Estos principios se basan en las leyes y patrones que rigen los procesos naturales, tales como: diversificar el sistema productivo, el manejo orgánico del suelo, adaptarse a las condiciones locales, incrementar las relaciones sinérgicas, balancear el flujo de nutrientes y energía, conservar la naturaleza y restablecer los equilibrios naturales; manejar integralmente el sistema; y, respetar las condiciones climáticas y de las fases lunares para establecer los cultivos.
¿Para qué diversificar el sistema productivo? Es para aumentar el reciclado de biomasa y
optimizar la disponibilidad y el flujo balanceado de nutrientes, incrementar la
materia orgánica, cerrar los flujos de energía, manejar y conservar el suelo y
el agua, la autorregulación de plagas/enfermedades, lograr rendimientos
sustentables y estabilizar el medio ambiente.
¿Por qué el manejo orgánico del suelo? Para buscar mecanismos de reciclaje de nutrientes, establecer mecanismos de incorporación de materia orgánica al suelo, conservación de la estructura física, química y biológica del suelo, para asegurar condiciones favorables en el suelo para el crecimiento de las plantas y así aumentar la actividad biótica del suelo (Sarandon, 2002); mayor producción sostenible y saludable; y, reactivación biológica y desintoxicación del suelo.
¿Por qué manejar integralmente el sistema?
Es para tener el entendimiento profundo del agroecosistema; reconocer que el
agroecosistema es un ecosistema y no una fábrica de alimentos; el
agroecosistema no es más que un conjunto de elementos (bióticos y abióticos) que
interactúan de diferentes maneras; en el agroecosistema las perturbaciones que
sufran algunos de sus componentes pueden tener efectos desproporcionados sobre
otros componentes del sistema; el manejar por separado los diversos
subcomponentes, impide tener una visión de las propiedades que emergen de su
interacción; y, por cualquier manejo que intente ser exitoso debe considerar el
sistema como un todo (integralmente).
Es importante considerar los procesos ecológicos que deben optimizarse en los agroecosistemas, tales como:
ü Fortalecer
la inmunidad del sistema (funcionamiento apropiado del sistema natural de
control de plagas)
ü Disminuir
la toxicidad a través de la eliminación de agroquímicos
ü Optimizar
la función metabólica (descomposición de la materia orgánica y ciclaje de
nutrientes)
ü Balance
de los sistemas regulatorios (ciclos de nutrientes, balance de agua, flujo y
energía, regulación de poblaciones, etc.)
ü Aumentar
la conservación y regeneración del suelo, agua y la biodiversidad, para
aumentar y sostener la productividad en el largo plazo (Sarandón, 2002)
Para el diseño de la finca agroecológica (agroecosistema) considerar dos aspectos: 1) el manejo orgánico del suelo; y, 2) el manejo del hábitat y diversificación. En el primero tiene que ver el incremento de la materia orgánica, nutrientes y de la biota del suelo. En el segundo son los policultivos, rotaciones, asociaciones, coberturas, corredores (son franjas en límites o perímetro de la finca o en los bordes de los caminos dentro de las parcelas), que favorezcan el incremento de fauna benéfica. Estas interrelaciones permiten salud a los cultivos y por tanto salud del agroecosistema.
Los periodos de lluvia y de verano, como el comportamiento de la temperatura, humedad y viento de la zona donde está ubicada la finca agroecológica, son determinantes para el establecimiento de cultivos, su manejo y cosecha. Al conocer la estacionalidad de lluvia y de verano, el agroecólogo puede planificar la siembra, el riego, la ejecución de las labores culturales y la cosecha.
El fotoperiodo implica la influencia de las variaciones diurnas de luz y los periodos de oscuridad sobre el desarrollo de las plantas (Federov, 1987).
Cuarto
menguante, la fase de las raíces. En esta fase de la luna, disminuye
la intensidad de su luz, que constituye en un descenso progresivo para la
planta; sin embargo, tiene repercusión en el desarrollo de las raíces. El flujo
de la savia comienza a descender y se concentra en tallos y ramas. Es un buen
momento para plantar y recoger aquellos cultivos de raíz (como la zanahoria).
Entonces,
en esta fase es un buen momento para trasplantar; e, ideal para podar o para
saber cómo hacer esquejes
que crezcan con éxito. Al haber menos luz, hay menos savia en
circulación y menos agua en los tejidos. No solo la planta sangrará menos, sino
que las hormonas que procuran el desarrollo de nuevas raíces están en un
momento ideal para multiplicar en más plantas.
Luna
nueva, el momento del estancamiento. La luna no está presente y,
por tanto, el fotoperiodo no se ve alterado. La savia no está en movimiento,
por lo que podríamos decir que nuestras plantas están en reposo o descanso. El
flujo de la savia desciende y se concentra en la raíz. Así mismo, en esta fase
ideal para eliminar chupones.
Cuarto
creciente, otra de las fases más activas para las plantas. La luz,
aunque discretamente, vuelve a aparecer; y, afecta al follaje y raíces a partes
iguales. El flujo de la savia comienza a ascender y se concentra en tallos y
ramas. Por este motivo, es un buen momento para preparar los semilleros o para
los cultivos, cuyo consumo se centra en las partes aéreas, como sucede con la
lechuga. Igualmente, es un momento ideal para abonar, ya que las plantas están
más receptivas para absorber nutrientes (Verdecora, 2023)
1. Biodiversidad:
Este indicador evalúa la diversidad de especies vegetales y animales presentes
en la finca. Se pueden medir la cantidad de especies, la presencia de especies
nativas o endémicas, y el uso de prácticas que fomentan la conservación de la
biodiversidad.
2. Salud
del suelo: La salud del suelo es fundamental en una finca
agroecológica. Se pueden utilizar indicadores como la estructura del suelo, la
materia orgánica, los niveles de nutrientes, la capacidad de retención de agua;
la actividad microbiológica para evaluar la salud y fertilidad del suelo; y, si
está cubierto o no el suelo; la alta o baja incidencia de plagas/enfermedades.
3. Uso
de insumos y energía: Este indicador evalúa la eficiencia en el uso de
insumos externos y energía. Se puede medir el consumo de agua, energía y
combustibles fósiles, así como la reducción o eliminación del uso de
agroquímicos y pesticidas sintéticos.
4. Gestión
del agua: La gestión del agua es esencial en la agricultura agroecológica
o sostenible. Los indicadores pueden incluir la eficiencia en el riego, el uso
de técnicas de captación y almacenamiento de agua, y la minimización de la
contaminación del agua. Además, la forma de aprovechar el agua lluvia.
5. Resiliencia
al cambio climático: Este indicador evalúa la capacidad de la finca
para adaptarse y mitigar los efectos del cambio climático. Se pueden medir
prácticas como la diversificación de cultivos, el uso de técnicas de
conservación del suelo, la captura de carbono y la reducción de emisiones de
gases de efecto invernadero.
6. Equidad
social y económica: La sostenibilidad también incluye aspectos
sociales y económicos. Los indicadores pueden evaluar la equidad en el acceso a
recursos y beneficios, la generación de empleo local, el impacto en la
comunidad y el cumplimiento de estándares laborales justos.
En una finca agroecológica deber estar estructurado
capaz que existan áreas de bosques, con plantas nativas, y en el perímetro de
la finca, con cercas vivas; un sistema agroforestal, la huerta y/o chacra; como
también una cocha de agua y/o reservorio para sembrar, almacenar y distribuir
el agua; y, un área para el manejo de animales y de un sitio para la
preparación de los abonos orgánicos.
3. Implementación
sistema agroforestal
Para implementar
un sistema agroforestal, en su diseño, debe estar estructurado con árboles
y cultivos tradicionales, con un alto número de especies, dependiendo de la
zona donde esté ubicado la finca. Los atributos o particularidades que debe
tener este sistema, son: límites, componentes, interacciones, ingresos y
egresos, una relación jerárquica con el sistema de finca y una dinámica. El
límite define los bordes físicos del sistema; los componentes son los elementos
físicos, biológicos y socioeconómicos; los ingresos son la energía solar, agua,
abonos orgánicos, las plántulas, etc.; y, los egresos son la madera, la cosecha
de los cultivos, leña, etc. Los ingresos y los egresos son la energía o materia
que se intercambia entre diferentes sistemas; las interacciones son las
relaciones, o la energía o materia que se intercambia entre los componentes del
sistema.
Cabe explicar,
adicionalmente, que la agroforestería considera como la combinación
interdisciplinaria de diversas técnicas ecológicamente viables, que implican el
manejo de árboles o arbustos, cultivos alimenticios y/o animales en forma
simultánea o secuencial, garantizando a largo plazo una productividad aceptable
y aplicando prácticas de manejo compatibles con las habituales de la población
local.
4.
Manejo del suelo y el agua
5. Recuperación
y manejo de la fertilidad
7. Régimen
alimentario y la gastronomía ancestral
8. Terapias
de recreación, relajación y descanso
b. Elimina
las células muertas
c. Disminuye
los niveles de colesterol
d. Ayuda
a bajar de peso
e. Ayuda
a combatir problemas respiratorios
f. Se
logra una piel saludable y tersa.
9. Actitudes
y acciones que la familia debe tener para aprovechar las bondades que ofrece la
finca agroecológica
1. Tomar
sol. En horas de la mañana es muy importante tomar sol
por unos 15 minutos, porque toma la energía (calor) del sol y se dota de
vitamina D, esencial para el
mantenimiento de la mineralización ósea a través de la regulación de calcio y homeostasis del fósforo. Mientras en la
noche le permite disfrutar de la frescura que ofrece la luna; además, en noches
despajadas observar y disfrutar el brillo que emana las estrellas y la vía
láctea.
2.
Beber agua limpia y
cristalina. Esta acción
es vital para la salud del ser humano porque ésta transporta nutrientes hasta
las células para la producción de energía y es el medio en el que se disuelven
los líquidos corporales; facilita la
eliminación de toxinas y el exceso de nutrientes por la orina; con una
buena hidratación preserva la elasticidad, suavidad y tono de la piel; regula la temperatura corporal; mantiene hidratado el cerebro; ayuda a la normalización de la tensión
arterial; produce las
reacciones de hidrólisis en la digestión; y, funciona
como sostén, lubricante y amortiguador en las articulaciones. Así mismo, es beneficioso para la salud del planeta y de
los diferentes
ecosistemas o
agroecosistemas que existen en un determinado territorio.
3.
Respirar aire puro y fresco.
Es fundamental hacer esto porque permite oxigenar cada célula del organismo
humano y al exhalar lo desintoxica. Es mejor si se realiza una respiración
profunda, todo el potencial de los pulmones para activar áreas del cerebro y al
mismo tiempo desintoxica el organismo. Esta se logra sólo en una finca
agroecológica, debido a la existencia de mucha diversidad de vegetación, con
abundantes flores, que en la mañana y noche emana una peculiar fragancia.
4. Alimentarse
de manera saludable. Significa que una persona debe de comer alimentos
agroecológicos, cuyos beneficios se evidencian que al ser humano le ayudará a
vivir más tiempo y saludable; mantener la piel, los dientes y los
ojos saludables; apoya a los músculos; estimula la inmunidad; fortalece
los huesos; reduce el riesgo de las enfermedades del corazón, la diabetes tipo
2 y algunos cánceres; y, apoya los embarazos saludables y la
lactancia. Estos alimentos deben ser producidos en la finca, puesto que pasan
directamente a la mesa de la familia para su degustación.
5. Realizar
ejercicios diariamente. Estar en movimiento y muy activo
le permite al ser humano gozar de un estilo de vida saludable. Por ello, es
indispensable que en la finca existan áreas destinada para caminar, si es
posible descalzo; hacer ejercicios de respiración y de relajamiento; escuchar
los cánticos de los pájaros, cuyas acciones son muy sublimes, relajantes y
sanatorias. Así mismo, a la familia le permite transpirar y desconectarse de
sus preocupaciones durante el tiempo que se dedique a realizar las labores
agrícolas en la finca. Las personas al estar
activas tienen menos probabilidad de enfermarse y por tanto de vivir una vida
más duradera. Otros de los beneficios son reducir el riesgo de
cardiopatías y accidentes
cerebrovasculares; reduce
la presión arterial elevada (hipertensión); ayuda
a mejorar el equilibrio del colesterol; mejora
el estado físico, la salud mental, el emocional-psicológico y el espiritual,
condiciones para que una persona sienta y viva con bienestar.
6.
Reír abiertamente.
Esta actitud es prioritaria porque se demuestra estar con alegría, felices y
con mucho entusiasmo. Además, permite tomar el aire con alto contenido de
oxígeno, estimula el corazón, los pulmones y los músculos, y aumenta las
endorfinas que se liberan en el cerebro; y, activa y reduce la respuesta al
estrés.
7.
Dormir entre 6 a 9 horas.
Esta acción es fundamental para el ser humano porque reduce la frecuencia de
enfermedades; mantiene un peso saludable; reduce el riesgo de problemas graves
de salud, como diabetes y enfermedades del corazón; disminuye el estrés y
mejorar el estado de ánimo; y, permite pensar con más claridad y desempeñarse
mejor en el trabajo y demás actividades cotidianas que realice la mujer y
hombre.
8. Agradecer
al Cosmos, la Naturaleza, a la vida, a la familia, a los amigos y vecinos. Es
una condición natural que toda persona agradezca al Cosmos, a la Naturaleza, a
la vida, a la familia y a los amigos, porque ellos nos brindan la energía, la
luz, el calor, la frescura, el aire, el agua, los alimentos, la espiritualidad,
las buenas vibras y demostraciones de practicar valores éticos como la
reciprocidad, solidaridad, cooperación, respeto, responsabilidad, entre otros.
Tener conciencia a no destruir a la Madre Tierra -la Pachamana- nuestra casa
común. Además, al agradecer disminuye la presión arterial; el sistema
inmunológico se vuelve más fuerte; se logra tener mayor optimismo, felicidad y
fuerza mental; tener emociones positivas y relaciones mejoradas; disminuye la
ansiedad y la depresión; se duerme mejor; y, sentir acompañado, no solo ni
aislado.
Los resultados del cumplimiento de las ocho
acciones y actitudes por parte de los miembros de la familia es aprovechar las
oportunidades que le brinda la finca agroecológica y que se constituyen en los
verdaderos médicos, de manera gratuita, porque ayudan a prevenir y gozar de
buena salud y bienestar.
·
Desplazamiento del manejo de flujo de nutrientes,
al manejo del reciclaje de nutrientes, con dependencia creciente en los
procesos naturales tales como la fijación biológica de nitrógeno, y las
relaciones micorrícicas.
·
Uso de fuentes renovables de energía en lugar de
fuentes no renovables.
·
Eliminar el uso de insumos humanos externos que
tienen el potencial de dañar al ambiente, la salud de los agricultores y
trabajadores agrícolas, y/o, a los consumidores.
·
Cuando se tenga que agregar materiales al sistema,
usar materiales de origen natural en lugar de insumos sintéticos ó
manufacturados.
·
Manejar las plagas, enfermedades y malezas en lugar
de “controlarlas”.
·
Restablecer las relaciones biológicas que pueden darse
naturalmente en la unidad de producción en lugar de reducirlas y
simplificarlas.
·
Buscar que los modelos de cultivo estén en armonía
con el potencial productivo y las limitaciones físicas del paisaje agrícola.
·
Usar una estrategia de adaptación del potencial
biológico y genético de las especies animales y vegetales cultivables, a las
condiciones ecológicas del lugar de cultivo, más que modificar el sitio de
cultivo para satisfacer las necesidades de esas plantas y animales.
·
Valorar mucho más la salud del agroecosistema en su
totalidad, que el producto de un sistema de cultivo en particular.
·
Enfatizar la conservación del suelo, agua, energía
y los recursos biológicos.
·
Incorporar la idea de la sostenibilidad en el largo
plazo, en el diseño y manejo general del sistema.
Regulación biótica: control de plagas
Flujo de energía: la modificación o
alteración de la energía de un ecosistema para beneficio del hombre.
Regulación del ciclo del agua:
que se cumpla con el proceso natural del ciclo del agua (el agua se transporta
a través la precipitación, desde el aire hacia la tierra, en donde la
vegetación recicla esa precipitación y regrese a la atmósfera completando su
recorrido).
BIBLIOGRAFÍA CONSULTADA
Verdecora,
2023.Cómo influye la luna en las plantas. Disponible: https://verdecora.es/blog/como-influye-luna-en-plantas#
AGROECOLOGÍA
ES VIDA. Es una construcción social
è 1era dimensión:
agronómica, científica y como campo disciplinar; la “agroecología material” è técnico-productivo
·
Conocimiento ancestral èPrincipio filosófico y
organizativos
·
Biodiversidad: diversidad cultural; y,
diversidad ecosistemas (flora y fauna) èPrincipio
técnico-productivo-ecológico
·
Semillas nativas: región sierra, costa, oriente
y región insular. Esta se constituye en una memoria histórica. Perder semillas
es perder autonomía èPrincipio
político y organizativo
·
Formas de manejar suelo y el agua èPrincipio filosófico
y organizativo y técnico-productivo-ecológico
è2da
dimensión: movilizadora; la “agroecología inmaterial”, simbólica
·
Salud y soberanía alimentaria (derecho a
producir y alimentarse). Es compartir e intercambiar è Principio organizativo y
filosófico
·
Luchar para reivindicar derechos (poder): agua,
territorio. Sostener las diferentes formas de lucha è Principio organizativo
·
Unión y organización comunitaria: rural, urbano,
consumidores y minga, familia
·
Alianzas: campo-ciudad è Principio organizativo
·
Biopoder: conocimientos, semillas y
agroecosistemas èPrincipio
filosófico y técnico-productivo-ecológico
è 3era
dimensión: como modo de ser, conocer, vivir y producir
·
Economía solidaria campesina: circular entre
nosotros los recursos económicos è
Principios políticos
·
Construir y ejercer poder (movilización social,
en marchas, plantones) è
Principios políticos
·
Alimentación es el centro. Debemos querernos y
cuidarnos è Principios
organizativo
·
Naturaleza (Pachamama): deidades, tierra, agua,
sol è Principios
filosófico y ecológico
·
Vivienda è
Principios filosófico y ecológico
SPG: es
confianza y garantía è
1era dimensión, 2da dimensión y 3era dimensión
ALIADOS
·
Universidades, GADs: Provincial, Cantonal y
Parroquial y los Ministerios
·
Redes sociales: YuoTube, Facebook, Instagram
·
Consumidores
·
Organizaciones comunitarias
¿CÓMO
CONSTRUIR INDICADORES?
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